"9.389.096 AUTOMOTORES CIRCULAN EN ARGENTINA..."
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"9.389.096 AUTOMOTORES CIRCULAN EN ARGENTINA..."
Por Alfredo Armando Aguirre
En la consideración de la problemática argentina y sus eventuales paliativos o soluciones, que venimos comunicando desde mediados de 1977 (y que puede consultarse en el vínculo: https://choloar.tripod.com/trabajos.htm)a modo de propuesta síntesis, sostenemos que aspiramos a una Argentina, casi sin automotores, casi sin electrodomésticos y casi sin plásticos.
No se trata de algo propugnado caprichosamente, sino porque tenemos la percepción, que la calidad de vida de los argentinos no se ha elevado sino que se hace crecientemente vulnerable por los comportamientos ligados a la producción y consumo de automotores, electrodomésticos y de plásticos.
El caso de la producción y empleo de automotores, es una cuestión de largo arrastre, que comienza a desplegarse a partir de la sanción de la Ley de Vialidad en 1932(cuya reglamentación incluyó el Plan Bidecenal de Caminos 1934-1954) y el plan de transportes (conocido como "Plan Larkin), encargado por la Administración Frondizi y entregado a la misma en el verano austral de 1962, poco antes del derrocamiento de esa administración. Congruente con ambas medidas, fue el Decreto de Promoción de la industria automotriz que el mencionado mandatario suscribió en 1959.
En nuestras recurrente comunicaciones, y tomando como referencia una "Guía Azul de las Comunicaciones Sudamericanas", de 1925,que está a consulta en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, sostenemos que con las debidas actualizaciones tecnológicas, el esquema que se había erigido hasta esa época, generaría una matriz de transportes sustentable acorde a las potencialidades del país.
Lo concreto es que los contenidos del Plan Larkin (implícitos en el Plan bicedenal de caminos 1934-1954) fueron aplicados casi sin solución de continuidad, a pesar de los avatares institucionales, y ello comportó una desarticulación del sistema de transportes basado en un sistema ferrotranviario que se complementaba con la navegación de cabotaje marítimo fluvial.
Tomando como hitos la Conferencia Mundial de Medio Ambiente de 1972 y la crisis de los países productores de petróleo de 1973,nos hemos sumado a la corriente de opinión que tiene más adeptos fuera del país que internamente, que señala los inconvenientes que ha causado lo que se conoce como complejo automotor-camino pavimentado.
Esos inconvenientes de múltiples efectos, se hacen más flagrantes, con la inminencia de lo que se conoce como el "peak oil", que implica la crisis definitiva del sistema productivo basado en la disposición abundante de hidrocarburos y a precios razonables.
En la Argentina el patrón implícito en la Ley de Vialidad de 1932 y el plan Larkin de 1962, se ha impuesto entre los formuladores e implementadores de políticas públicas, más allá de los avatares políticos institucionales y de las variantes ideológicas.
En ocasión de una de las cimeras que realiza anualmente el agrupamiento conocido como G- 8, se señalaba que en el mundo estaban circulando hace alrededor de dos años atrás, seiscientos millones de automotores, con su consiguiente gasto de combustibles fósiles, emanaciones de dióxido de carbono y secuelas de accidentes.
Respecto al costo de los accidentes, por la misma fecha la entidad que agrupa a los aseguradores, ha sostenido que el costo de los accidentes automovilísticos de la argentina, insume una magnitud del 1, 75 % de Producto Bruto Interno nacional.
Con el paquete de nociones que hemos resumido precedentemente y que reflejan nuestras posiciones, nos enteramos del artículo publicado por el Portal INFOBAE el 31 de mayo último, que se puede consultar en el vínculo:
http://www.infobae.com/notas/584861-El-parque-automotriz-se-multiplico-por-cuatro-en-dos-decadas.html
Cabe comentar que dicho artículo que reproducido por diversos medios periodísticos escritos y digitales del país.
En el mismo se consigna que según la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes, el año pasado había en circulación (en la Argentina) 9.389.096 unidades, entre autos, camiones y buses, lo que representa una suba del 327% respecto de 1990.
El resto del artículo, como el contenido de algunos editoriales generados por el mismo, en algunos medios de comunicación, insinúan que el guarismo es algo positivo y que dicho guarismo era un indicador de que debía ampliarse la red de caminos, tal como postula algún proyecto que se viene promocionando desde hace tiempo.
Pocos días antes de publicarse esta noticia y desde la plataforma desde donde observamos este aspecto del acontecer argentino que consideramos digno de críticas y de propuestas de reversión, contemplábamos dos escenarios, de la misma problemática.
El primer escenario era la Terminal de Ómnibus de Retiro.
El segundo escenario era el tráfico de la ruta Nacional 14 a la altura de la ciudad de Chajarí, donde se está construyendo aceleradamente, la autovía, tendiente a bajar la siniestralidad de esa ruta, en función de la alta densidad de tráfico que circula por la misma.
Lo observado en la Terminal de ómnibus nos remite a la cuestión del transporte de pasajeros de media y larga distancia.
Por estos días una empresa promociona su setentaicinco aniversario. Ese aniversario, marca el inicio de la sustitución de los trenes de pasajeros por los ómnibus de larga distancia. En ese entonces había una incipiente oposición de tipo ideológico contra las empresas ferroviarias. Además el combustible era de bajo costo. Por un lado se impidió a las empresas ferroviarias complementarse con el automotor. Esto coincidía con el depotenciamiento de Inglaterra y el posicionamiento de loa Estados Unidos como potencia mundial, con la industria automotriz como suerte de "nave insignia".
Ello conllevó el proceso conocido como "motorización", que fue atenuado en Europa, pero exacerbado en países como la Argentina. Todavía se pagan las consecuencias de esa "motorización".
Pero volviendo a nuestra observación, del intenso movimiento de la terminal, pensábamos en "el peak oil", lo que implicaba un escenario de crisis para todo ese sector. Y recodábamos nuestra larga predica para "que los ómnibus se suban a la vía", El decir que el transporte automotor (en ese caso el de pasajeros de larga distancia), capitalice al sector que descapitalizó.
Más allá de las ineludibles componentes ideológicas de esta propuesta; y teniendo en cuenta el esquema institucional vigente para los ferrocarriles. En ese contexto es viable implementar un esquema similar al existente en el transporte aéreo, donde los aeropuertos son concesionados por el Estado, el tráfico es de supervisión estatal, así como la habilitación, y aeronaves privadas pueden transportar carga y pasajeros.
En el caso del transporte de pasajeros (y esto es aplicable también al transporte de carga), el Estado podría reservarse además la Tracción y las empresas de autotransportes transportarían en los vagones de su propiedad, posibilitándose los enlaces tren- ómnibus, que en el pasado se les prohibió a las empresas ferroviarias.
Cuando comenzamos a formular estas propuestas tiempo atrás, nos encontramos con enconados objetores. Muchos habrán comprobado la racionalidad y la previsión de lo que sosteníamos y seguimos sosteniendo. Y ello basado en el siguiente canon técnico: Un caballo de Fuerza (H.P), arrastra 150 kilogramos en el camino pavimentado, 450 kilogramos, y... cuatro mil kilos en el agua.
Este guarismo nos "transporta" al otro escenario: La ruta Nacional 14.
Esa ruta corre paralela al río Uruguay. En la época que la fiebre de construcción de caminos pavimentados, puentes gigantes y túnel subfluvial, se minimiz el empleo de las vías fluviales (y del litoral marítimo).En el caso de los ríos se desarticulo el sistema de tráfico fluvial y transversal existentes. La carga se "fugó" a los camiones, no obstante las claras ventajas económicas del transporte por agua.
En el caso del tráfico internacional a Brasil, la carga que iba por barcos de ultramar va en gran parte por camión. En el caso de la ruta 14, con la exclusa de navegación que se construyó pero no se habilito en la represa de Salto Grande, gran parte del trafico que satura esa ruta y que ha justificado su conversión en autovía de manos separadas, así como el uso de la vía ferroviaria y su enlace en Paso de los Libres, el tráfico automotor estaría sensiblemente reducido. Debe tenerse en cuenta que en el caso del transporte ferroviario en la región litoral esta concesionado y operado por una empresa trasnacional con sede en Brasil.
No quisiéramos continuar repitiendo conceptos que forman parte de nuestro ya dilatado discurso.
Nos consta que existen fuertes intereses creados alrededor de esos más de nueve millones de automotores que circulan en el país. Pero precisamente por esos intereses creados, es que nos permitimos formular propuestas de reconversión productiva y laboral. Abrevamos en fuente de información provenientes de más allá de las fronteras argentinas, lo cual es facilitado por la disponibilidad de las "Tecnologías de la información y comunicación "disponibles. Todas ellas nos permiten conjeturar fundamentadamente, el final abrupto de una matriz de transportes que pivotea sobre el automotor y el camino pavimentado.
Para atenuar situaciones traumáticas, debemos enfatizar en conceptos como la reconversión productiva y laboral. Para que ni las empresas ni los trabajadores reciban el impacto de situaciones de colapso energético. El mecanismo es fácil de enunciar pero admitimos difíciles de implementar por el plexo de afectos e intereses creados. La magnitud que desencadena las presentes reflexiones es indicadora de la existencia de ese plexo.
Pero entendemos que los estudiosos tenemos una función social que cumplir, aun a riesgo de ser considerados como aquel personaje de Ibsen en su obra "El enemigo del pueblo".
Hace muchas décadas un casi desconocido Aarón Brillante, advirtió sobre lo que acontecería con los ferrocarriles. Más recientemente Rosana Kleimer en su " La tiranía del automóvil", haciendo una exegesis sobre la novela "Crash" de 1985, nos entrego una versión local acerca de las raíces profundas que sustentan guarismos como el que aquí comentamos con sentido de una crítica intensa, pero a la vez suscitadora de respuestas esperanzadoras.
(Buenos Aires, 9 de junio de 2011)
Posted by choloar
at 8:53 AM BRST